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sábado, 25 de julio de 2015

Survival Zombie 26# Edición. Madridejos (Toledo). 11 de Julio




Survival Zombie 26# Edición. Madridejos (Toledo). 11 de Julio





Mes de Julio, Toledo. Calor infernal en el pueblo de Madridejos, noche del sábado 11, una multitud de personas se ven atraídas hacia la plaza del pueblo, debido a una series de muertes sospechosas.
Mi curiosidad innata me lleva directamente hacia los hechos para averiguar lo ocurrido.

Escena Inicial
Nada más entrar en la plaza, abarrotada por supervivientes, madridejenses, soldados de WRG, detectives y médicos, sabes que algo va a pasar, y no precisamente lo que puedas esperar.
Tres cuerpos yacen cubiertos por sábanas sobre el escenario frente al ayuntamiento.
Soldados de WRG, armados hasta los dientes, impiden que nadie se acerque.
La multitud se impacienta, expectante a lo que pueda pasar.
Supervivientes expertos, inexpertos, todos dispuestos a correr en un momento dado, mezclados con lugareños, gente de paso, se concentran cada vez más y más, aumentando el peligro de caos, ese caos que se llegua a desatar cuando la tormenta se avecina, pudiendo explotar en nuestras narices.
Un grupo de hombres de la ley, 2 detectives y una doctora, intervenían entre la gente, seleccionando sujetos al azar, para someterles a inspecciones médicas rutinarias, según ellos.
Desde luego, todavía no había ocurrido nada especial, pero la tensión se respiraba en el ambiente.

A continuación os dejo un pequeño vídeo, que muestra visualmente mis palabras.



SZ 26# Edición. Inspección Médica.


Cuando empezó lo realmente importante, la explicación de esas misteriosas muertes, la gente incrédula al peligro que estaban a punto de experimentar, se rieron y mofaron de la situación, pero todo cambió cuando, en medio de la exposición de los hechos, una voz misteriosa de mujer, se apoderó del audio, nos advirtió que todos acabaríamos muertos esa misma noche, y que esos seres que los dábamos por fallecidos, habían vuelto desde el mismo averno para acabar con nosotros. La gente ya no se reía, sorprendidos, asustados, empezamos a correr sin rumbo, para empezar a buscar a la sospechosa, culpable de aquel infierno que desató, sólo entregándola a las autoridades, podríamos salir con vida de allí.



SZ 26# Edición. Escena Inicial.


Mi compañero David y yo, no sabíamos qué hacer, por donde empezar a buscar. Es importante tener un punto de inicio, que te marque una ruta, para no perder el tiempo vagando de un lado al otro del pueblo, con esas criaturas sueltas por sus calles.
Había un punto de partida cerca de allí, en el mismo centro, pero todos se dirigían hacia ese mismo lugar, y con tanta gente intentando acceder a esa prueba, era más que evidente, que los zombies se sentirían atraídos hacia tanta aglomeración de cerebros humanos, así que desistimos de intentarlo, y nos dirigimos hacia las afueras del pueblo, donde escuchamos, que había movimiento en un parque cerca del check in.

Prueba 1
Desde luego fue una elección acertada.
Mientras todos se dirigían al centro del pueblo, nosotros íbamos en dirección opuesta, era demasiado pronto para que la infección se hubiese extendido, por lo que a penas encontramos peligro durante el recorrido.
Esas calles solitarias dejaron de estarlas según nos íbamos acercando al parque, un Zeta bordeaba el perímetro, espantando a todo aquel que se acercaba lo suficiente para querer acceder en su interior, idea que no parecía tan buena al averiguar que dentro, los zombies parecían vagar a sus anchas, 8 o 10 Zombies pude contar, así a groso modo.
De repente una chica empezó a gritar y a llorar, me acerqué a ella, Cristina me dijo que se llamaba, me pidió ayuda, me suplicó que me adentrara en ese parque infecto de criaturas, para encontrar a su amiga Alba, hacía mucho que no sabía de ella, y no se atrevía a volver a las entrañas de ese parque maldito.
Me advirtió que tendría que llegar hasta el final del recinto, que anduviese despacio pero con cautela, que un movimiento en falso les haría reaccionar.
Localicé a mi compañero de aventura y nos adentramos en el mismo infierno, yo empecé a caminar por el centro del camino de tierra, dirigiéndome justo entre medias de esos seres, con pasos cortos y esquivos, silenciosos pero realmente angustiosos, pues a penas estaban a un par de metros de mi persona, a punto estuve un par de veces de echar a correr, menos mal que contuve la respiración y continué avanzando, sin prisa pero sin pausa. David eligió una ruta entre los árboles, escondiéndose entre arbusto y arbusto, parecía seguro, pero demasiado ruidoso para el oído zombie, ruido de hojas secas y ramas partidas al ser pisadas, alertaron a los Zetas de la ubicación de mi compañero, de repente 5 zombies le rodeaban, y con una gran zancada salió de entre los arbustos y se apresuró a entrar en un círculo de protección donde se encontraba Alba. Momento de distracción zombídica que yo aproveché para acelerar mis pasos y llegar al mismo lugar, zona segura, al menos durante algunos minutos.
Allí se encontraba Alba, mal herida, con un mordisco muy feo en el brazo, nos dijo que para ella no había salvación, que le dijéramos a Cristina que siguiera adelante, nos selló el mapa, nos indicó la ubicación de otra amiga suya, Sandra, y nos dijo que habláramos con ella, que últimamente se había intentado suicidar cortándose las venas, y que la dijéramos que lo sentía mucho, que una noche de borrachera se acabó liando con su novio. A lo que yo pensé, ¡venga ya! Quiere que le digamos a una suicida que su amiga se ha liado con su novio, ¡y qué más! O se acaba matando de una vez por todas, o lo que es peor, acaba matando al mensajero, en este caso, nosotros. Así que teníamos todo el camino, para pensar cómo abordar la situación, pero lo primordial era salir de allí lo antes posible, pues Alba era cada vez menos humana, y sus palabras eran más similares a los sonidos incongruentes de esos seres que seguían esperando a que saliéramos de nuestra zona segura, zona que dejó de ser segura cuando Alba con voz de ultratumba gritó ¡corred!
Y de nuevo tuvimos que atravesar ese infernal parque, pero por suerte para nosotros, varios grupos estaban intentando llegar hasta nuestra posición, con tanto barullo, está vez nos resultó mucho más fácil llegar hasta la entrada, donde nos encontramos con Cristina y le contamos lo ocurrido.

Prueba 2
Esquivando zombies, jugadores, coches y demás infortunios que nos encontramos por el camino, llegamos al Petril, ubicación de una misión literalmente suicida.
Un muro rodeaba la plaza, y al girar la esquina un zeta se topó de frente con mi cara de sorpresa, menos mal que mis vivos reflejos estuvieron más rápidos que los suyos, me di media vuelta y salí pitando doblando de nuevo la esquina, subiendo unas escalerillas de dos en dos peldaños, y acabé frente a Sandra, a la que reconocí por ver cómo se apuntaba con una pistola a la cabeza.
Yo me la esperaba con algún cuchillo para lastimarse, algo que sólo le hiciera mal a ella, si no te acercabas demasiado, pero adiós mi plan de soltarla la bomba y retroceder un par de pasos por si decidía atacarme.
Así que de perdidos al río, acercamiento verbal, palmadita en la espalda, palabras de ánimo, para reconfortarla, y una vez cogido confianza con ella, le comuniqué la pérdida de su amiga Alba, al menos como ser humano, a lo que ella reaccionó poniéndose la pistola en la cabeza de nuevo, diciendo que ya no había nada por lo que seguir viviendo, pero le dije que tenía un mensaje de su parte, un mensaje de arrepentimiento, y le solté la bomba, realmente se enfureció, como era de esperar, no sabía si dispararía, pero la frene diciéndola que toda esa rabia la podía emplear para buscarla y vengarse, y mientras por el camino, acabar con más seres putrefactos de esos. No sé si la convencí, pero el ofrecerla una alternativa al suicidio pareció tranquilizarla.
Me indicó un lugar en el mapa dónde encontrar a su amiga Patricia, quizás ella podría ayudarla.
Me levanté y me puse en marcha. Vi a David hablando con el agente García y me uní a la conversación para ver si me enteraba de algo más, pero fue más bien al contrario, ellos buscaban la información que nosotros pudiésemos ofrecerles, le comunicamos lo poco que sabíamos y continuamos nuestro camino.

Prueba 3
Al llegar al lugar indicado, todo se complicó por momentos, en medio de una plaza, Patricia con un arma en la mano, se encontraba de pie, junto a un pozo, donde tenía atado al novio de Alba, gritando que acabaría con él, si no reconocía ser el padre del hijo que esperaba, desde luego, ese chico, seduciendo a tanta chica a la vez, tenía merecido el final que le tocase sufrir, ya sea a manos de Patricia, o a bocados por los zombies, algo no muy difícil de ocurrir, pues una horda de zombies deambulaban a sus anchas por toda la plaza, no había forma de poder acercarse a ellos.
Un grupo cada vez más numeroso de supervivientes nos íbamos aglomerando en las inmediaciones a la plaza, buscando alguna estrategia para distraerlos y poder llegar al pozo. Creo que sin duda alguna, esa fue la prueba de más difícil acceso, que encontré. Media hora de reloj pasó, hasta que pude encontrar un hueco viable por donde colarse entre supervivientes, gente paseando, y Zombies pululando. En cuanto me encontré junto a Patricia, nos pusimos al día, yo le conté lo de sus amigas y ella me dijo que el pasado ya le daba igual, que no le importaba lo que le sucediese a aquel picha brava, que sólo quería dinero para poder sacar adelante a su futuro hijo, tras una larga conversación y algo de dinero, convencimos a Patricia para que soltase a su amante, a condición de que se hiciera responsable de sus actos. A cambio, nos selló el mapa y nos indicó, que había un grupo de rebeldes, escondidos no muy lejos de allí, quizás si los encontrábamos, nos podrían ayudar con nuestra misión de dar con la voz femenina y misteriosa, responsable de aquella situación infernal.

Prueba 4
Si alguien más sobrevivió a la experiencia, seguramente se encontró por el camino al Zombie de naranja, y sabe lo difícil que resultaba esquivarlo, yo me encontraba escondida tras un árbol, esperando a que pasara de largo, sabía que no me había visto, pero como si olisquease mi temor a ser descubierta cada vez se encontraba más cerca de mi posición, lo bueno de ir en equipo, es que justo en estos instantes de peligro, es donde una mano amiga, puede salvarte la vida. David escondido detrás de un coche un poco más adelante de mi posición, hizo algo de ruido sin desvelar su escondite, lo justo para desviar su atención y alejarlo de mi cada vez menos seguro elemento de bloqueo visual.
Una vez esquivando el peligro, avanzamos con cuidado, dejando a aquel ser que siguiese buscando, hasta que otro grupo de humanos llamara de nuevo su atención.
De repente un par de soldados de la resistencia nos sorprendieron tras un callejón, nos dijeron que estaban montando una barricada, y que necesitaban ayuda para mover unos contenedores, el problema surgió cuando tras moverlos, un par de seres despertaron de su letargada posición, atrapados entre los contenedores, esa barricada no parecía que fuese a ser muy eficiente, nos sellaron y nos indicaron otro lugar en el mapa dónde encontrar a otros compañeros suyos, para que fuesen a ayudarlos.
Como pudimos, nos zafamos de los Zetas que no pararon de perseguirnos hasta estar bien alejados de aquel callejón.

Prueba 5
Nos costó bastante atravesar todo el pueblo, pero al final conseguimos dar con la posición indicada, un soldado encalomado en un muro nos hizo señales hacia una puerta por detrás del recinto, por donde podríamos entrar a buscarlo.
Ciervo, nos dijo que se llamaba. Le contamos lo ocurrido con sus compañeros de la barricada, pero nos comunicó que se las tendrían que apañar ellos solitos, pues la situación no paraba de empeorar por momentos, cada vez más zombies se apoderaban de las calles, y el número de supervivientes que les combatían no paraba de menguar.
Una compañera suya, Jojo, había quedado atrapada en el interior de la estación de autobuses, sin suministros, si le ayudábamos a llevarle una garrafa de agua, ella quizás nos ayudaría a nosotros. Asomándonos por encima del muro, esperando el momento en que ningún ser nos impidiera salir de allí, echamos a correr con la garrafa a cuestas, con la mala suerte de que un Zeta nos vio salir y empezó a perseguirnos. Yo pude esquivarlo fácilmente porque, el objetivo de aquella criatura fue mi compañero David, portador de la pesada garrafa, nos separamos y no sabía si había conseguido escaparse, gracias a los walkis, después de unos eternos minutos, escuché la voz de David, por el auricular, ¡qué alegría! seguía con vida, nos reunimos y nos dirigimos hacia la estación de autobuses.
Tuvimos que bordearla y entrar por la parte de atrás para poder esquivar a la pequeña horda de zombies que vimos acercarse por un lateral de la plaza.
Una vez a salvo en el interior, Jojo nos agradeció aquel suministro de agua, revelándonos la posición de Charly, el jefe Alfa de la resistencia.
De nuevo partimos en busca de otra pieza más, para resolver la forma de poder salir de Madridejos con vida.

Prueba 6
Encontrar a Charly no fue difícil, esquivar zombies, algo más complicado, pero lo realmente duro de aquella prueba fue el factor tiempo.
El jefe Alfa nos comunicó que había un desertor, Omega, él poseía un código para activar una bomba, que se usaría como último recurso, para hacer volar el pueblo por los aires y eliminar así todo factor de riesgo, humano y no humano, ¡hay que ver qué drásticos son estos militares rebeldes!
El caso es que ese código cambiaba cada hora, y faltaba 40 minutos para el cambio horario, así que aquella misión se convirtió en una misión exprés.
El recorrido de ida, aunque nos equivocamos de calle, y fuimos por el trecho largo, tuvimos la ventaja de no encontrar ningún ser de esos que nos suelen fastidiar la enorme caminata, que se empeñan en que recorramos en cada prueba a realizar.
Omega se encontraba sentado en unos columpios, con un fusil entre sus manos, y una zombie bailarina, que no tenía intención de abandonar aquel lugar.
De repente un par de chavalitos aparecieron por allí, ingenuos ante la posibilidad de que aquel ser de frágil aspecto, no fuera capaz de alcanzarlos, cometieron el fatídico error de provocarle. Momento que aprovechamos para situarnos frente a Omega. Realmente estaba tocado psicológicamente, dijo mogollón de palabras sobre la resistencia, y ninguna era algo bonito. No había forma de persuadirlo para que nos revelase el código, lo único que funcionó fue prometerle que usaríamos el código, para hacer detonar la bomba y acabar con la resistencia.

Justo antes de escapar, me fijé en un vehículo de WRG, me acerqué para mirar en su interior, pero el soldado me apuntó con el arma y la Zombie bailarina apareció justo cuando el soldado me encañonaba con su fusil, me tocó salir corriendo, menos mal que aquel chiflado no hacía asco a soltar un buen disparo, y la bailarina acabó abatida.


¡Toca correr! 
SZ 26 Bailarina Zombie

Seguimos corriendo, pues a penas quedaban 20 minutos para el cambio de código. Sin más percances por el camino, llegamos hasta Alfa y le enseñé el brazo donde Omega me habían apuntado el código.
Charly nos comunicó, que él se encargaría de activar la bomba si fuese necesario, pero que siguiésemos investigando la manera de salir de allí con vida. Nos selló el mapa y nos dijo un lugar donde acudir.

Prueba 7
Zona caliente, así se llama a una zona infectada, muy peligrosa y con probabilidad de acabar mal, pero que muy mal.
Así era el lugar donde teníamos que acceder, un colegio plagado de todo tipo de criaturas, neutrales (gente ajena al juego), potencialmente infectados (grupo en el que nos encontramos los supervivientes) y no muertos (grupo que no necesita presentación, ¿verdad?)
Un Zeta descamisado, me las hizo pasar extremadamente mal, persiguiendome, incluso cuando conseguí doblar la esquina y esconderme en un soportal que me salvó la vida, pues esperé a que pasara de largo, sin darse cuenta de mi desaparición repentina, sin embargo salí demasiado pronto de mi escondrijo, el Zeta se giró y emprendió su empeño en atraparme. Mi compañero oculto no sé dónde, me habló por el walki, me observaba, me dijo ¡corre, corre! y en la siguiente calle que puedas ¡gira!, que viene una horda justo de frente tuya. Acorralada pensé que había llegado mi hora, pero por suerte, esa pequeña calle en la que giré, desembocó en una calle principal, donde paseaban muchas personas y pude ocultarme entre la gente, aminorando mi paso para no desentonar, cómo si los zombies no fueran conmigo. Una mezcla de suerte, habilidad para maniobrar rápidamente y agudeza mental para reaccionar ante una posible solución improvisada, fueron la fórmula para salvarme de una muerte segura. David y yo nos reunimos de nuevo y conseguimos entrar en el colegio.

Dentro, una becaria con una bata blanca, nos dijo que en el interior de un aula, un paciente ensangrentado, poseía una valiosa información que debíamos sonsacarle a su perturbadora y atormentada mente.
A oscuras en un rincón, como un niño asustado, acurrucado en el suelo, me encontré a aquel hombre, con las manos en la cabeza tapándose los oídos y silbando una canción. Cada vez que intentaba acercarme a él con palabras, cambiaba de posición y vuelta a empezar. Decidí acompañar sus silbidos musicales con los míos, eso parecía tranquilizarle, el problema es que a mí no se me da muy bien silbar, por lo que a base de fiu, fiu y turú, turú, conseguí tararear la melodía que salía del silbido de sus labios.


SZ 26# Edición.
Prueba del silbido.

Tras ganarme su confianza, me llevó a un baño, y dijo que buscase. Unas palabras se encontraban ocultas en el lateral de una bañera, "Ella nos pincha, ella nos ata, ella nos pega y nos maltrata, odio tanto su peo como su bata", las apunté y sin alterarlo demasiado, porque aunque más apaciguado, seguía dando mucho miedito, salí de aquel aula y le entregué la información a la becaria.
Nos selló y nos indicó dónde podíamos encontrar a la doctora, responsable de todas esas atrocidades que había provocado a sus pacientes.

Prueba 8
Con la noche cada vez más avanzada, las calles cada vez estaban más vacías, al menos de seres neutrales, porque el número de zombies, no paraba de incrementarse.
Cuando al fin llegamos junto a la doctora, nos dijo, que ella ya no era así, que había cambiado, sabía que había hecho mucho mal, pero que estaba dispuesta a enmendar sus errores, ayudando a todo aquel que la necesitase.
De hecho, una mujer mal herida, yacía en el suelo, quejándose de dolor. La doctora nos pidió que nos acercásemos a ella y la convenciésemos para que se dejase evaluar por ella.
Yo me acerqué, hablé con ella, pues ya me había convertido en una experta en cuestiones sentimentales, negociando las informaciones relevantes, esa mujer me dijo que tenía frío y le puse mi chaqueta por encima, después de un rato conversando, me dejó que le echara un vistazo a su brazo, del que tanto se quejaba, y observamos que tenía una gran herida, parecía un mordisco infectado, y en ese momento la dejamos en mano de la doctora. Ésta nos dijo, que tenía que ir con el agente Carrasco a determinar una muerte en el Campo de Fútbol del pueblo, pero que no podía ir y abandonar a esa mujer a su suerte, que fuésemos nosotros de su parte y se lo comunicarnos al inspector.
Así que nos selló y emprendimos nuestro camino nuevamente.

Prueba 9
Por el camino vimos cómo algunos Zombies rodearon un vehículo que se detuvo en un semáforo, asustando a sus ocupantes, sorprendidos, flashes de fotografía salían de su interior.
Esa distracción, nos facilitó el acceso al recinto que buscábamos.
Cuando entramos al campo de fútbol, el detective Carrasco se enfadó por no traer a la doctora con nosotros, pero al final nos ofrecimos a reconocer el cadáver, y se tranquilizó. Nos dijo que buscásemos alguna marca identificativa para poder averiguar de quién se trataba. Él nos esperaría en su mesa de trabajo, pero que si ocurría algo, ya podíamos correr, porque su arma ya no tenía munición.
El campo, estaba totalmente a oscuras, y sin poder usar nuestras linternas, no sabíamos por donde empezar a buscar, sin embargo un destello brilló al fondo del campo, según nos acercamos vislumbramos un bulto, algo tapado con una manta térmica, de esas que parecen hechas con papel de aluminio, inspeccionamos el cadáver en busca de alguna señal identificativa, y encontramos un tatuaje en uno de sus brazos, pero justo en ese momento, el cadáver gruñó, se incorporó y del susto, casi nos caemos de espaldas, de nuevo un sprint, ¡pies para qué os quiero!, y a correr se ha dicho. David me sacaba una considerable ventaja. Mis virtudes, no son exactamente las carreras de larga distancia, y quedaba un buen trecho para poder alcanzar la puerta de entrada, sacando aliento de no sé dónde, sprinté entre la oscuridad y sin tropezar, ya que suele ser algo común en mi patosa forma de correr. Al llegar con el Zeta pisándome los talones, y que gracias a que no era un súper corredor, no logró alcanzarme, descubrí que ni David, ni el agente Carrasco se encontraban allí, la puerta estaba cerrada, y el zombie me acorraló detrás de la mesa del detective, otro gruñido escuché acercase por el campo de fútbol, David me comunicó a través del auricular del walki, que rodeara la mesa y fuera hacia la puerta, que él estaba al otro lado esperando para abrirla y cerrarla inmediatamente después de que yo la atravesase. En una maniobra que yo denominaría de misión imposible, conseguí zafarme de uno e inmediatamente después de otro zombie, que por décimas de segundo, no consiguieron atraparme.
Le dijimos al detective lo del tatuaje del cadáver, bueno del reciente Zombie. Nos dijo que ese tatuaje pertenecía a un compañero suyo, que teníamos que ir en busca del agente García y comunicarle lo sucedido. Nos selló el mapa y nos dijo que éste se encontraría en la ludoteca del pueblo, sin más indicaciones, nos pusimos en su busca.

Prueba 10
Menos mal que encontramos una pareja muy amable y nos indicaron el lugar que andábamos buscando, no se encontraba muy lejos de allí, pero ápices de luz asomaban entre los árboles del final de la calle, señal de que se acercaba el final de la aventura, por lo que debíamos apresurarnos.
Al llegar, descubrimos a un grupo de 5 personas que habían llegado los primeros, justo antes que nosotros, por lo que se convertían automáticamente en los vencedores de esta edición.
Les felicitamos y me llevé una fotografía que me hice con ellos para el recuerdo.
Les dejamos saboreando su victoria y nos metimos en busca del agente García, para que nos explicara la misión que teníamos que realizar. Nosotros seríamos los últimos en realizar esa gran hazaña.
Nos explicó que habían localizado a Ágata, hija de un millonario empresario, causante de todo aquel embrollo desatado en la localidad de Madridejos. Nuestra labor era entrar en la ludoteca, matar a toda criatura que nos encontrásemos por el camino, con unas armas de soft combat que nos habían entregado, encontrar a Ágata y sacarla de allí como fuese.
El camino estaba lleno de obstáculos y repletos de esos seres, que iban saliendo poco a poco de las aulas, según atravesabamos un oscuro pasillo.
¡Zas! ¡Pom! ¡Trasca!  De uno en uno, o de tres en tres, fuimos abatiéndolos hasta dar con esa desequilibrada mujer, que esperaba tranquilamente, tumbada en un sofá, cómo si no fuese con ella todo lo que estaba pasando a su alrededor. Con la mirada oscura y el brillo de sus pupilas amarillas, parecía que nos fuese a fulminar mediante un rayo proveniente de sus ojos. Intentamos convencerla por activa y por pasiva de que nos acompañase al exterior y arreglar lo que había provocado, pero no había manera de que entrase en razón. De nuevo esos alaridos que desgarraban nuestros oídos, se escuchaban al otro lado de la puerta, sin esperar un minuto más, la cogimos por los brazos y la sacamos a la fuerza, con una mano la agarrábamos y con la otra íbamos golpeando a los zombies que se nos cruzaban, al final, misión cumplida y Ágata fue entregada al detective García.

Nos dirigimos hacia el check in, lugar donde se celebraría la escena final y pudimos ver cómo los ganadores trajeron a Ágata en el hummer acompañados de soldados de WRG. Según bajaron del vehículo, una horda de zombies se dirigieron hacia ellos, pero los soldados no dudaron en aniquilarlos rápidamente, atravesando por encima de esos cuerpos que yacían en el suelo avanzaron hasta el interior del recinto, donde los ganadores recibieron su recompensa.




Vídeo de la escena Final











Vídeo oficial de WRG:

Ver "Survival Zombie Edición 26 Madridejos" en YouTube


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Y.L.L.
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lunes, 13 de julio de 2015

Fox in a Box - Laboratorio Zombie



Fox in a Box - Laboratorio Zombie



Tipo de actividad: Escape Room.
Juego: Laboratorio Zombie.
Dificultad: Media.
Nivel de Adrenalina: ★★★★☆
Nivel de Diversión: Jugada al límite
Trato recibido: Personalizado.
Valoración General: ★★★★




12 de Julio 2015, 5pm. Centro de Madrid.
Calor infernal en las calles, que desaparece al entrar en unas instalaciones llenas de frescura, ambiente sencillo y acogedor, trato agradable que con los minutos se vuelve familiar.
La recepción del personal fue excepcional.

Marina, una chica rubia, mirada penetrante, acento serbio, se encargó de contarnos cómo realizar nuestra misión.

La ambientación del local va envolviendo la velada, metiéndote en situación.

Por más salas y juegos que realice de este tipo, no llego a acostumbrar mi cuerpo a tranquilizarse. Nerviosa, como una niña a punto de abrir un juguete nuevo, antes de empezar, ya tenía el cosquilleo metido en mi estómago. Esa tensión que te deja bloqueada en los peores momentos de la aventura, pero que a la vez descarga más adrenalina y hace que la vivas más intensamente.

Fuimos un grupo de 4 personas, todos con experiencia, organizados y a la expectativa de las innovaciones que nos íbamos a encontrar. Por ejemplo, añadieron el hándicap del tiempo entre pista y pista, por lo que tenías que dosificarlas.

Lo que más me sorprendió; la ambientación, la música, ruidos y luces de la sala a la que fuimos, temática perfecta de laboratorio con experimentos humanos, o quizás no tan humanos. Al factor estrés por resolver las pruebas en un tiempo inferior a 60 minutos, le añadimos el factor, sorpresa, susto, miedo, llámalo X, pero desde luego, un simple (o no tan simple) juego de pruebas enigmáticas, puede convertirse en una experiencia llena de sensaciones. Podías sentir como el calor se intensificaba con el paso de los minutos y la presión ambiental.

Una de las pruebas que más me gustó, también fue de las que más nos costó realizarla, quizás por el reto que nos planteó, hizo que me sorprendiera tanto. Una prueba de habilidad de feria, convertida en un enigma que resolver, esa prueba que mezcló habilidad, con lógica y quizás un poco de suerte, para poder adivinar la combinación correcta, se ha convertido por ahora en una de las mejores pruebas que he realizado.

Desde mi sensación personal, la intensificación temática, hizo que tuviera ojos en la nuca, esperando algo que pudiera pasar, alerta por si tocaba algo que desencadenase nuestra propia infección laboral, toda la paranoia que una mente humana bajo presión, puede experimentar.

Enhorabuena al equipo, por el estrés psicológico, hizo que unas simples operaciones matemáticas, que podría resolver un niño de primaria, se convirtiesen en una ecuación hiper compleja, pues a punto estuvimos de pedir pista, para resolver los códigos.

Al final, reto conseguido en el minuto 48, elaboramos la cura para salvar al mundo del virus zombie.

🎶♪♬ We are the champions ♬♪🎶




12 Julio 2015
Fox in a Box (Madrid)




Web oficial:
http://foxinabox.es/





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sábado, 4 de julio de 2015

Survival Zombie 23# Edición. Alameda de la Sagra (Toledo). 20 de Junio




Survival Zombie 23# Edición. Alameda de la Sagra (Toledo). 20 de Junio





20 de Junio, a pocos días de la noche de San Juan, mientras algunos entrenan para saltar por encima de las hogueras, yo reuno un grupo de amigos para dirigirnos hacia Alameda de la Sagra en Toledo, e intentar sobrevivir toda la noche a una amenaza Zombie.
Esta aventura consta de un recorrido y unas tramas, os voy a contar la historia de la Survival desde el recorrido que hicimos, que en algunas ocasiones nos desvíamos del orden secuencial de la trama, pero igualmente os la contaré de una forma u otra, sin dejar ningún detalle en el olvido.

Este pueblo ya había experimentado la amenaza de la infección zombie el 30 de Noviembre de 2013, creían que estaban a salvo, pero algo que aprendí de pequeña, es que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y que la historia siempre se repite.

Tras pasar por el check-in, donde nos entregaron mapa, un billete de 100 games para todo el grupo, pañuelo verde de superviviente y pasaporte de WRG, nos dirigimos hacia la plaza del pueblo para ver la escena inicial, con La Corporación WRG cómo centro de todo lo acontecido esa noche.

Escena inicial
Unos seres monstruosos, sacados de películas de terror, desfilaron frente a nosotros para subir al escenario. El director, jefe de operaciones tecnológicas, el que estaba al mando del laboratorio de WRG, fue sacado de sus vacaciones, con sus bermudas y su piel bronceada, a causa de la amenaza inminente, por lo cual, su humor sarcástico y amenazador, se hacía evidente. Nos explicó que habían capturado a un traidor que había vendido sus experimentos a la resistencia, creadora de esos seres que inspiraban de todo, menos seguridad y confianza, que la misión de esa noche, era recuperar unos viales robados con la cura al virus zeta, antes de que llegaran a manos de la resistencia, y lo usarán sin criterio ni discriminación alguna, pero que la fuga de seres monstruosos de tipo zombídico, no nos pondrían nada fácil nuestra tarea, y que el tiempo jugaba en nuestra contra, para ello, nos ofrecieron una oferta tentadora, por el módico precio de 100 games, (o sea se, todo nuestro dinero), dirigiendonos al polideportivo (lugar del check-in), nos dirían una pista, el lugar de la primera prueba donde poder dirigirnos. También nos dijeron que si durante la primera hora de juego éramos heridos por alguna de esa criaturas, dirigiéndonos igualmente al check, los viales para nuestra cura serían gratis, que desde las 12,30 hasta la 1,30 la cura nos costaría 100 games, y a partir de esa hora ya no se hacían responsables.
Y para darnos un aliciente, nos animaron a realizar pruebas extraordinarias, para conseguir games extras.
Así que teníamos un gran dilema, cómo invertir nuestro dinero grupal.
Tras la experiencia en otras ocasiones, de pasarnos horas buscando un punto inicial donde empezar a experimentar la aventura de las pruebas, decidimos por el bien grupal, gastar el dinero en una pista, intentar hacer las pruebas extras para obtener más dinero, y mientras tanto, cada uno era responsable de que no le atrapasen.

Trama 1
Todos de acuerdo. Con la decisión, pusimos rumbo al check, nos señalaron una zona en el mapa y nos dirigimos a ella sin perder tiempo.
Allí encontramos una doctora peculiar, extravagante y muy alocada. Nos dijo que teníamos que encontrar a Javier Herradas amigo del traidor, el que supuestamente tenía los viales en su poder, pero para poder hablar con ella nos escribió una operación matemática en una hoja de papel, y si no la resolvíamos correctamente, no nos dirigiría ni la mirada. Una vez resuelta, nos mandó al final del callejón en busca de Alfonso, él nos diría lo que tendríamos qué hacer para resolver el misterio de los viales.
Éste nos señaló a un zombie apoyado contra un muro encadenado, aletargado, pero que no sabía cómo reaccionaría al acercarse alguien a él. Por lo que necesitaba un valiente voluntario, que lo registrara con cuidado, y que alcanzara a recuperar unos medicamentos que tenía en su poder, inválidos para ese ser, e ignorante de lo valiosos que son para nosotros, los vivos. Un compañero se fijó que la caja del medicamento estaba entre sus piernas y con un palo largo que encontramos tirado en el descampado de al lado, conseguimos cogerla sin problemas, bueno algún susto que otro nos llevamos cuando, el zombie pegaba zarpazos al aire para intentar atacarnos, pero con destreza y cautela nos hicimos con la mercancía y se la entregamos a Alfonso.
En agradecimiento, nos mandó en busca de un compañero suyo de la Universidad, que se encontraba refugiado en el Ayuntamiento del pueblo, quizás con él tendríamos más suerte en nuestra misión de recuperar los viales desaparecidos, para que se fiara de nosotros, nos selló el pasaporte en su correspondiente casilla y nos pusimos en su busca.

Trama 2
Una bailarina de aspecto terrorífico, no dejaba que nadie se acercara a la puerta del Ayuntamiento, nos tenía atemorizados, con sus movimientos antinaturales, ninguno de ellos recordaba a un espectacular baile de ballet, pero sí nos mantenía presente el tipo de entretenimiento que vivimos en este apocalipsis zombie, expectantes a sus movimientos, idas y venidas por la plaza, aprovechamos un momento para entrar todo el grupo al interior, zona segura en principio (pues nunca sabes qué te puedes encontrar al otro lado de una puerta), y allí nos encontramos con el compañero de Alfonso, nos dijo que no podía ayudarnos con los viales, pero que tenía una Zombie atrapada en el interior de una habitación, totalmente a oscuras, y necesitaba recuperar una muestra de su sangre para entregársela de nuevo a Alfonso y que seguramente, sabría cómo recompensarnos. Para recoger la muestra de sangre de su piel, entregó una gasa a un componente del grupo, y sin linterna, en total silencio y a oscuras, nuestro compañero tuvo el valor de realizar la prueba, cuando salió todo eufórico por la puerta con la gasa ensangrentada en sus manos, nos sellaron el pasaporte a todo el grupo, y nos dijeron que nos dirigiéramos al colegio, en busca de Javier Herradas, él era nuestra nueva esperanza, clave en la misión.
Nos guardamos la gasa con la sangre de la Zombie para entregársela a Alfonso si le volvíamos a ver, y fuimos en busca de Javier.

Trama 3
La entrada al colegio nos resultó bastante complicada, dos Zetas bastante buenos en su empeño de comerse a las personas, nos lo pusieron muy difícil a la hora de esquivarlos, y en el momento en que conseguimos entrar en el patio del recinto, echamos la verja de la puerta, para que no pudiesen acceder, de momento estábamos a salvo, ya nos ocuparíamos de ellos cuando tuviéramos que salir de nuevo por el mismo sitio.

En la parte de atrás del colegio, escondida en unos columpios, la compañera de Javier Herradas, nos explicó cómo una Zombie en el interior de las aulas, les obligó a separarse, ella había conseguido salir, pero Javier seguía en su interior, y necesitaba saber que estaba bien. Esta vez todo el grupo nos adentramos en las entrañas de aquel oscuro colegio, silencioso a excepción de alaridos, gruñidos y gritos no humanos que procedían de su interior. En una de sus aulas la zeta deambulaba a oscuras, tropezando con sillas y haciéndonos saber que estaba muy presente, en fila india, y muy despacio empezamos a pasar por debajo de los pupitres, el corazón me latía a mil, los ojos ya acostumbrados a la oscuridad me dejaban distinguir las figuras de los obstáculos a atravesar, pero no lo suficiente, pues choqué con unas sillas que alertó a la zombie, que apunto estuvo de agarrarme un pie, si no fuera por otro compañero que tiró de mí por debajo de un pupitre, e impidió que la zeta me capturase entre sus fauces. Me incorporé tan rápido como pude y empecé a correr hacia la puerta sin mirar atrás, cerrándola tras de mí en el último momento, un instante antes de que me atrapase. Con la adrenalina a tope, salimos a un pasillo, unas escaleras y rumbo al piso superior nos encontramos con Javier, escondido en el rellano. Nos informó de que los famosos viales estaban ya en manos de la resistencia, nos señaló en el mapa una zona, que tendría que estar llena de camiones, justo entre ellos debíamos encontrar a Charly, él nos diría qué hacer.

Trama 4
El camino, aunque largo, nos resultó fácil de recorrer, al escoger la ruta más alejada del foco de infección, apenas encontramos zombies por el camino, alguna horda lejana, nada peligrosa a tanta distancia, sin embargo no te puedes confiar lo más mínimo, pues en cuanto bajas la guardia, es cuando te sorprenden.
Encontramos una rotonda rodeada de camiones militares, y en una de sus calles, una fila de camiones de transporte, aparentemente vacíos, y nos dirigimos hacia ellos sin prisa pero sin pausa, sabíamos que debían de haber Zombies cerca, pero no los veíamos. De repente entre los camiones empezaron a salir un montón de ellos y vimos a Charly subido en la parte de atrás de un camión enorme, el esqueleto de un tráiler, con el armazón al descubierto, que nos gritaba, corred, venid, subid aquí, ¡rápido! y tan rápido como pudimos nos apresuramos a subir al camión, en esos instantes nos rodearon todos los zombies, 5 por un lado, a lo largo del camión, 3 por el otro, Charly y mi grupo en el centro, sintiendo cómo esas manos sangrientas nos rozaban las zapatillas, entonces nos percatamos de la ausencia de uno de nuestros compañeros, José no llegó a subir al camión, y ya siendo más de la 1,30 no tenía posibilidad alguna de salvamento, así abandonando nuestro bando, pasó a convertirse en uno de esos seres, que nos complicaba la existencia.
Siguiendo con Charly en el camión, nos dijo que se había roto un tobillo, que no podía moverse de allí, y nos señaló un lugar en el mapa, un cuartel de la resistencia, situado en un descampado, teníamos que encontrarlos y pedirles ayuda para que fueran a rescatarlo. Nos selló los pasaportes y distrajo a los zombies en la parte de atrás del camión para que pudiésemos salir por la parte más próxima a la cabina del vehículo.

Trama 7
De camino al campamento de la resistencia, evitando pasar por el centro del pueblo donde se concentraban la mayor parte de esos seres, nos encontramos con un grupo de soldados de la WRG, que nos pusieron en fila contra una pared, y nos preguntaron hacia dónde nos dirigíamos. Bien, a ver cómo contestábamos, que íbamos en busca de un campamento de la resistencia, sin que nos fusilaran allí mismo.
Bueno la primera pregunta fue fácil de esquivar, únicamente contestamos que buscábamos un descampado, la siguiente pregunta nos miramos todos pensando quién se atrevería a responderla, pues lógicamente preguntaron para qué queríamos encontrar un descampado. Sara una compañera del grupo, sarcásticamente dijo que necesitaba evacuar aguas menores y que a falta de un wc, esa era una buena opción, en ese mismo instante, la miramos todos con cara de... acabas de sentenciarnos a muerte, pues esta gente no se toma demasiado bien las notas de humor, pero Jesús, otro de nuestros compañeros, hábilmente respondió; bueno, en realidad es que nos han dicho, que en un descampado cerca de aquí podíamos hallar algo de utilidad para la recuperación de los viales desaparecidos, y nosotros por WRG, hacemos lo que sea.
Parece ser que esa respuesta les tranquilizó y nos indicaron al descampado donde deberíamos dirigirnos, la cuestión es que la zona indicada no era la misma, que nos había señalado Charly en el mapa, así que pensamos que nos habían mandado hacia una trampa plagada de zombies o simplemente era una pista falsa. El caso es que al llegar, vimos que en esa zona pasaba algo, Zetas pululando y gente corriendo, así que aprovechamos para averiguar que ocurría exactamente. Tras esquivar un par de Zetas hiperveloces, y bordear unas calles, en el descampado de la parte de atrás de un edificio, nos topamos de frente con Alicia, nos dijo que permanecía oculta entre los matorrales, para que no le atrapasen, pero que hacía un rato que no sabía nada de su hermano Alex, que por favor le ayudásemos a buscarlo. Nos separamos con cautela, y empezamos a buscarlo, al final del recinto, entre el recoveco de unas rocas conseguí hallarlo, tenía un arañazo que no parecía haberse producido naturalmente, me dijo que para él no había esperanza, que le dijéramos a su hermana que la quería, y que fuésemos a buscar a un amigo suyo, quizás él podría ayudarnos, pero que tuviéramos cuidado, porque últimamente su amigo no se encontraba en plena facultades racionales, así que, hiciéramos lo que hiciéramos, no le alterásemos. Menudo ánimo para querer encontrarlo, pensé. En fin, reuní al grupo, le contamos a Alicia el estado de su hermano, y tras sellarnos los pasaportes e indicarnos que su peculiar amigo se encontraba en la otra punta del pueblo, en la piscina municipal, bien escondido, nos dirigimos esta vez sí, en busca del campamento de la resistencia, que nos pillaba de camino, con tan mala suerte, que al doblar una esquina en ese mismo instante, un Zeta se chocó de bruces con Sara, a la que le agarró de la cabeza y empezó a deborarla, todos los demás, aprovechamos para escapar, y contemplamos su fin desde la distancia, escondidos y a salvo, por unos momentos más, sin saber quién podría ser el siguiente.

Trama 5
Por el camino, un atlético Zeta descamisado con arañazos enormes por todo el torso, empezó a perseguirme sin piedad, me faltaba el aliento, mis zancadas no parecían avanzar lo suficiente, pero gracias a mi grupo, que distrajo con una linterna a ese incansable ser hacia ellos, lo suficiente para poder doblar una esquina y ocultarme entre unos vehículos, debajo del guardabarros, oculta entre sus ruedas, conseguí zafarme de sus garantizados mordiscos. Con la adrenalina fluyendo a toda velocidad por mis venas, alerta a cualquier ángulo de visión, conseguimos dar con el descampado de la resistencia, donde otra terrorífica Zeta nos cortaba el único camino transitable, de hecho, tuvimos que bordearlo a través de matorrales con pinchos, que nos llenaron de arañazos, y Jesús, acabó rodando ladera abajo, al tropezar con una roca inesperada en el camino, los soldados de la resistencia boquiabiertos al vernos aparecer entre la maleza, con uno de nosotros hecho un ovillo que rodó hasta sus pies, se preocuparon por nuestra salud, al comprobar que mi compañero seguía de una pieza, nos dieron una misión, encontrar a un soldado y decirle que ibamos de parte del capitán Villares, sacarle una foto, y si se la entregábamos de nuevo, seríamos recompensados. La verdad es que ya era demasiado tarde para andar con pruebas extras, y el acceso a ese campamento, había resultado de todo menos fácil, así que si nos pillaba de camino bien, pero desviarnos del recorrido, con el tiempo a contrarreloj, no lo veíamos factible.

Trama 6
De camino, en busca del soldado, nuevamente nos cruzamos con el Zombie descamisado, veloz e incansable, pero esta vez, ni si quiera dejamos que nos avistara, nos ocultamos, esperamos a que pasara de largo, y aguardamos un tiempo prudencial, para continuar caminando, pasamos cerca de Alfonso, y aprovechamos para entregarle la gasa ensangrentada que conseguimos en la prueba del Ayuntamiento, y a cambio nos entregó un billete de 100 games, que guardamos para más adelante, o quizás incluso para poder usar en otras ediciones.
Continuamos nuestro camino hasta dar con un bloque de edificios abandonados, Zetas acróbatas, no paraban de dar saltos de un muro a otro, desde la ventana de un segundo piso al suelo, y yo pensaba, ¡venga ya! a parte de correr ahora también ¿vamos a tener que ser capaces de hacer acrobacias, para poder escapar de estos seres?, así que como pudimos, entre salto y salto, los esquivamos y dimos con el soldado. Este poseía un móvil bloqueado, con instrucciones de la resistencia, y con el código de desbloqueo oculto, número por número, en diferentes zonas de aquellos edificios abandonados de vida humana. Con cuidado, acompañamos al soldado de un lado a otro, hasta que nos hicimos con todos los números. Tras meter el código de desbloqueo, vimos un mensaje de la resistencia que le decía que se buscase la vida, que no podían hacer nada por él, y esa cara, la que se le quedó, era justo la que había que fotografiar para entregarsela de nuevo al capitán, y que por supuesto, no teníamos intención de hacerlo, por muchos games que nos ofrecieran a cambio.
El soldado nos habló de unos hermanos que quizás podrían ayudarnos, al ver que nos señaló en el mapa el descampado donde se encontraban Alicia y el potencialmente Zombie Alex, nos aliviamos al saber que no teníamos que volver a cruzar de nuevo todo el pueblo, cada vez más plagado de zombies, incluso nuestros amigos caídos en combate unidos a esas numerosas hordas, y gracias a aquel contratiempo que tuvimos con los militares, acortamos el tiempo y distancia entre prueba y prueba, lo que jugó a nuestro favor para poder llegar hasta el final.

Trama 8
Retomando la trama de Alex y Alicia, fuimos hacia la piscina municipal, en busca de su amigo, al que acabamos llamando el loco del hacha, porque nos recibió con una enorme hacha de mano, mirada perdida y palabras desvariantes, llenas de desánimo, sin esperanza. Nos reunió en una sala, nos hizo sentarnos, y empezó a decir que estábamos perdidos, todos muertos, que no había nada que pudiésemos hacer, y en ese momento, un Zombie apareció arrastrándose por el suelo, todos nos levantamos asustados, gritando, diciéndole que hiciera algo, y él seguía ahí sentado sin inmutarse, con el hacha en la mano, preguntando qué podía hacer él, a lo que respondimos casi al unísono, ¡¡pues matarlo!! y seguía preguntándonos pero ¿cómo? Y nosotros al borde de la desesperación por ver que ya estaba demasiado cerca, le gritamos ¡¡¡pues con el HACHAAAAA!!!  a lo que reaccionó ingenuamente y dijo, ¡ah, es verdad!  Y sin moverse de la silla pegó un hachazo firme y seco al zombie raptador dejándolo aletargado, ahí tirado en el frío azulejo del suelo, después nos dijo, que buscásemos un mapa que había perdido por aquellas instalaciones, vestuarios llenos de cabinas para cambiarse, duchas y retretes, pero que nos diésemos prisa, por si el aturdido Zombie, le diese por reaccionar. Al encontrarlo una carita sonriente marcaba la plaza del pueblo donde había empezado todo, epicentro del foco de infección. El loco del hacha dijo que allí encontraríamos a un vaquero, él sabría qué hacer con nosotros, pero antes de salir escopetados por la puerta, nos detuvo y nos confió un secreto, alguien más podría ayudarnos, cerca del vaquero otra prueba extra nos esperaba, una a la que sólo mandaba llegar, a unos pocos valientes como nosotros, metidos en nuestro papel, roleando hasta el último minuto, cómo se debe de hacer, y agradecidos pusimos rumbo hacia aquella zona infestada de zombies.

Trama 9
Perdimos mucho tiempo en atravesar esas calles llenas de hordas, infestadas de zombies maquiavélicos, difíciles de esquivar, de hecho, justo cuando encontramos al vaquero, un par de hordas aparecieron por ambas entradas al parque, bordeando el escenario, donde nos encontrábamos. El caos se desató y todos acabamos desperdigados, vi cómo cazaban a un superviviente, pero no sabía si pertenecía a mi grupo o a los que ya estaban allí cuando llegamos, cuando por fin conseguimos reunirnos todos, sanos de milagro,  el vaquero nos señaló una puerta entre abierta, nos dijo que bajando por unas estrechas escaleras llegaríamos a su compañero, le había oído, gemir, aullar de dolor, pero no se atrevía a ver cómo se encontraba, así que nos mandó a nosotros para averiguar la realidad de su situación. Con cuidado y en silencio, de nuevo a oscuras, llegamos hasta su compañero, permanecía inmóvil, tirado en el suelo, desde luego, en un estado preocupante, lleno de sangre y con un mordisco descomunal en su pierna derecha, de repente empezó a convulsionar, a levantarse poco a poco, a gruñir de forma alarmante, y sin pensárnoslos dos veces, subimos corriendo por las escaleras, cerramos la puerta tras de nosotros, a tiempo para escuchar los golpes que amartillaba aquel nuevo ser en que se había convertido su compañero, y así se lo hicimos ver al vaquero. Frustrado por la situación, nos dijo que la única esperanza de recuperar los viales, estaba en manos de una doctora, que la buscásemos en el colegio.
Pero antes de dirigirnos nuevamente al colegio, le comentamos que nuestro amigo, el loco del hacha, nos dijo la probabilidad de que alguien más nos pudiera ayudar, entonces nos señaló unos militares escondidos en un callejón, y ya que estaban ahí mismo, nos acercamos para ver qué podían ofrecernos, en nuestro mapa les señalamos todo el recorrido que habíamos hecho esa noche, nos felicitaron, dijeron que éramos unos valientes supervivientes, y nos recompensaron con un billete de 100 games.
Ahora sí, ya estábamos preparados para emprender nuestro camino.

Trama 10
Rumbo al colegio, nos topamos con los Sick Monkeys, grupo militar extremista, contratado por la WRG, para garantizar el control de los supervivientes, por las buenas o por las malas, ya que sus métodos suelen ser poco ortodoxos, retenían a un grupo de supervivientes y como no queríamos que nos hicieran lo mismo, fuera lo que fuese, lo que les estaban haciendo a ellos, seguimos nuestro camino, con su mirada oculta tras sus máscaras, puestas en nosotros.
Una vez más los Zetas que custodiaban la instalación, nos lo pusieron difícil para entrar al patio interior del colegio, pero, tras un regate de un superviviente que aparecía incluso más veloz que ellos, los atrajo y distrajo el tiempo suficiente, para que todos los que esperábamos la ocasión de entrar, pudiéramos hacerlo. Por segunda vez ese Zombie tuvo que contemplarnos a través de la verja que nos separaba de sus fauces.
Dentro de un hall, que parecía dar al salón de actos, nos esperaba la doctora, nos explicó que perteneció a WRG, pero ya no se podía fiar de ellos, necesitaba recuperar los viales y ponerlos en buenas manos. El problema es que para recuperarlos, teníamos que entrar en el salón de actos, a oscuras, lleno de sillas y colapsado por zombies y seres aterradores. Lo bueno, las armas de soft combat que nos entregaó la doctora para poder protegernos, lo malo, que no había armas para todos. De uno en uno fuimos entrando, desperdigándonos por todo el salón, yo llevaba una pala y a una chica desarmada a mi cargo, lentamente avanzamos, con cuidado de no tropezar y alterar lo más mínimo el estado latente de esos seres, puntos de luz fluorescente indicaban la posibilidad de encontrar un vial en los alrededores del halo de luz que desprendían, de vez en cuando un gruñido se oía cada vez más cerca de nosotras, un sobresalto hizo que tres zombies se acercasen a nuestra posición, la chica pegada a mi espalda como si fuésemos siamesas, me susurraba al oído, nos están rodeando, yo con la pala puesta delante de mí, en posición de ataque, empecé a hacer un círculo a nuestro alrededor, no se qué producía más ruido, el estrepitoso latido de nuestros corazones alterados, o la respiración jadeante que nos obligaba a realizar nuestros pulmones al hiperventilar. La tensión se sentía en toda la sala, alguien dijo en la otra punta, "ya los tengo, salgamos de aquí" pero con las ansias de alcanzar la puerta, un jugador demasiado escandaloso para la situación, fue alcanzado por los zombies que parecieron hacer una montaña de cuerpos en el suelo, pobre desgraciado, tan cerca del final y tan lejos de la victoria, pero la desafortunada suerte para algunos, no aventajó a mi inseparable compañera y a mí, que tras la evasión de los zombies que nos rodeaban por acudir a suculento banquete que se encontraba a escasos metros de nosotras, pudimos alcanzar la puerta, la salida y al final respirar a salvo de toda esa locura.
Le entregamos los viales a la doctora, y nos dijo que fuésemos a buscar a su compañero, el traidor que vimos al principio, para contarle que la misión había resultado con éxito. Nos indicó que se encontraba recluido en el campo de fútbol, y allí nos dirigimos.

Trama 11. Escena final.
Ya había amanecido, cuando conseguimos llegar al campo de fútbol municipal, un grupo de soldados de WRG nos recibieron y nos hicieron esperar a que otro grupo saliera de unos vestuarios, donde retenían al supuesto traidor, nos indicaron que treinta personas llegaron antes que nosotros, y que nuestro grupo sería el último en recibir al prisionero.
Al entrar nos encontramos con el jefe de operaciones tecnológicas con sus bermudas, a un par de soldados de WRG custodiando al traidor y a una zeta al fondo del vestuario, supuestamente controlada. Nos preguntaron por los viales y les dijimos que se lo habíamos entregado a la doctora. El director se empezó a reír y nos dijo, bien hecho, bien hecho, eso era justamente lo que esperábamos, jamás hubo ningún traidor, él estaba de nuestro lado, los viales no tienen ninguna cura, si no una cepa mutógena que infectará a todo aquel que lo use, y ahora está en manos de la resistencia. Nos sacaron al exterior y comunicaron lo ocurrido, al resto de supervivientes según iban llegando.
Cuando se aseguraron que estábamos todos dentro del recinto, dijeron que los traidores éramos nosotros y decidieron abrir las puertas para que todos esos seres inmundos, fuesen a por nosotros y no nos dejasen escapar con vida.
Una horda descomunal entraba y acechaba a todo aquel que se cruzará en su camino, gente corriendo por todo el campo de fútbol, escondiéndose, escalando los muros, caos, descontrol, euforia no sé si más por parte de los supervivientes o de los zombies, pues nuestro número era cada vez más inferior al suyo, que disfrutaban cada vez más, con cada uno de nosotros que devoraban.
La mayoría cayó en el campo, sólo unos pocos conseguimos escapar, preparados para volver a repetir las veces que haga falta, está búsqueda de la verdad absoluta, algo que acabe de una vez por todas con la gran amenaza Zombie.
Mientras esperáis a que os cuente la siguiente aventura, recordad, no dejéis de sobrevivir.

Escena final

Vídeo grabado por Jesús, compañero de batallas







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Y.L.L.
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