La bruja feliz
Todas las noches, Rita veía salir a su abuela, para reunirse con sus amigas.
Cogía su capa negra, su gorro puntiagudo, y la escoba para poder volar, y surcar los cielos entre las nubes, atravesando la luz de la Luna.
A Rita le gustaría acompañarla, pero es una bruja muy joven, y todavía no tiene su camino definido.
Su abuela pertenece a un aquelarre de la luz, y enseña a las brujas más jóvenes el camino del bien, a usar sus conocimientos de magia para hacer buenas acciones.
"Yo de mayor tengo que ser como ella", piensa Rita constantemente.
Una bruja de la luz puede hacer cosas buenas, o enseñar a las demás a hacerlas.
Y el sueño de Rita era enseñar, llegar a ser una gran mentora como su abuela.
Pero antes de llegar a ser lo que quería, tenía que realizar un ritual, para ver cuál sería su camino.
Las brujas, podían tomar dos caminos, el de la luz, o el de la oscuridad, pero no sabrían cuál sería su verdadera opción, hasta haber completado el ritual de la madurez emocional. Un ritual que se celebraba una vez al año, con todas las brujas que hubiesen cumplido 16 años.
Y Rita estaba de suerte, ella acababa de cumplir los 16, y éste año, sería su gran año, todas sus amigas estaban nerviosas, impacientes por saber qué ocurrirá esa gran noche, pero Rita no, ella no estaba nerviosa para nada, en absoluto, pues tenía clarísimo que su camino sería la luz.
Desde bien pequeña, Rita había estado rodeada de la buena luz que desprendía su familia, ella era muy positiva, muy activa, muy curiosa, tenía las cosas claras, y siempre conseguía salirse con la suya, era testadura, muy cabezota, con una energía inagotable, ni los murciélagos conseguían seguirla, ni los gatitos alcanzaban su ritmo, siempre era la que más caramelos conseguía en Hallowleen.
Rita siempre estaba segura de todo, de sí misma, incluso segura de lo que eran capaces de hacer los demás.
Todas sus amigas, querían ser como ella, y eso aumentaba su seguridad.
Y por fin su gran momento llegó, había llegado la noche en que todas las brujas con 16 años, se reunieran, e hicieran su primer aquelarre, el primer paso para ser una bruja de verdad.
Se acabó el ver a su abuela a través de la ventana, ahora, sería ella la que saldría cada noche a enseñar a las brujas novatas, bueno una vez terminada la academia de brujas, claro.
El ritual comenzó, las jóvenes brujas bailaban e invocaban a la luz y a la oscuridad para guiar sus caminos, según avanzaba la noche, cada bruja iba siendo guiada hacia un camino diferente, sacándolas fuera del círculo del ritual. Cada vez quedaban menos brujas, y el camino de Rita todavía no se había mostrado, ella estaba segura de que iba a ser la primera en abandonar el círculo, y sin embargo, acabó ella sola bailando, sin poder vislumbrar un camino al que dirigirse.
De repente a lo lejos vio un puente y se dirigió hacia él.
Y cuál fue su sorpresa, que al llegar, vio que estaba oscuro, no tenía luz.
no podía ser cierto, ¿dónde se había escondido la luz? El ritual se había equivocado, ¡seguro!, tendría que volver a repetirse, Rita no podía darse por vencida, ella no había hecho nada mal, su camino tenía que ser la luz, ¿qué bien podría aportar ella en un camino de oscuridad?
Quiso retroceder y volver al círculo, pero al girarse, ya no había nada, ningún círculo, ninguna amiga, sólo había oscuridad, allí donde miraba. Rita no podía terminar de creérselo, se sentía perdida por primera vez en su vida. Todo lo que tenía había desaparecido, y ahora tenía que aprender a vivir en la oscuridad, pues el mundo de luz que ella conocía, había desaparecido.
Pero Rita seguía siendo ella misma, positiva, con energía, y sí, puede que ese no fuera el camino que le hubiera gustado seguir, pero era el camino que le tocó andar, y decidió seguir andando, aprendió y aprendió, y salió adelante, y su sueño, seguía siendo el mismo, enseñar a las brujas novatas, así que trabajó duro para conseguirlo, no fue tan fácil como pensaba, pero al final consiguió su sueño y llegó a ser una gran mentora.
De repente a lo lejos vio un puente y se dirigió hacia él.
Y cuál fue su sorpresa, que al llegar, vio que estaba oscuro, no tenía luz.
no podía ser cierto, ¿dónde se había escondido la luz? El ritual se había equivocado, ¡seguro!, tendría que volver a repetirse, Rita no podía darse por vencida, ella no había hecho nada mal, su camino tenía que ser la luz, ¿qué bien podría aportar ella en un camino de oscuridad?
Quiso retroceder y volver al círculo, pero al girarse, ya no había nada, ningún círculo, ninguna amiga, sólo había oscuridad, allí donde miraba. Rita no podía terminar de creérselo, se sentía perdida por primera vez en su vida. Todo lo que tenía había desaparecido, y ahora tenía que aprender a vivir en la oscuridad, pues el mundo de luz que ella conocía, había desaparecido.
Pero Rita seguía siendo ella misma, positiva, con energía, y sí, puede que ese no fuera el camino que le hubiera gustado seguir, pero era el camino que le tocó andar, y decidió seguir andando, aprendió y aprendió, y salió adelante, y su sueño, seguía siendo el mismo, enseñar a las brujas novatas, así que trabajó duro para conseguirlo, no fue tan fácil como pensaba, pero al final consiguió su sueño y llegó a ser una gran mentora.
Cada año, cuando llegaba el ritual, Rita se quedaba al final del camino, esperando a ver, a quién podía guiar, estaba claro, que seguramente hubiera más brujas cómo ella, perdidas en la oscuridad, sin saber muy bien qué hacer, o dónde ir.
Y con los años, Rita comprendió que realmente aquel camino le hizo bien, gracias a su fortaleza, cabezonería y seguridad, consiguió hacer realidad su sueño.
Pasaron los años, y aún siendo una ancianita, Rita jamás dejó de enseñar, y la lección más importante que enseñaba era: que por muy oscuro que lo veas todo, hay que saber encontrar la luz que hay en cada camino, en cada decisión que tomas, para salir adelante.
También sacó tiempo para reunirse cada noche con sus amigas, en los aquelarres de la oscuridad, por supuesto. Si te lo preparas bien, hay tiempo para todo.
Y con los años, Rita comprendió que realmente aquel camino le hizo bien, gracias a su fortaleza, cabezonería y seguridad, consiguió hacer realidad su sueño.
Pasaron los años, y aún siendo una ancianita, Rita jamás dejó de enseñar, y la lección más importante que enseñaba era: que por muy oscuro que lo veas todo, hay que saber encontrar la luz que hay en cada camino, en cada decisión que tomas, para salir adelante.
También sacó tiempo para reunirse cada noche con sus amigas, en los aquelarres de la oscuridad, por supuesto. Si te lo preparas bien, hay tiempo para todo.
Aunque te digan, que la suerte está echada, que no puedes cambiar tu destino, sea el camino que te toque andar, sólo tienes que andarlo, siendo tal y como tú eres, y cualquier sueño se podrá realizar.
FIN
Diccionario para peques
aquelarre - grupo de brujasconstantemente - todo el tiempo
mentora - maestra
madurez emocional - ser adulto, comportarse de forma racional.
en absoluto - con certeza, sin duda alguna.
vislumbrar - ver con claridad
aportar - dar
Y.L.L.
Contacta conmigo en: blogyolandaluengo@gmail.com
Si os gusta mi blog, y queréis recibir mis publicaciones, suscribiros en "sígueme por Email"
No hay comentarios:
Publicar un comentario