Teatro Romano
Érase una vez, hace mucho, pero mucho tiempo.
Cuando los romanos gobernaban las tierras. Se percataron de algo muy, pero muy importante. El ocio, el entretenimiento, la diversión, eso es lo que necesitaban los seres humanos para ser un poquito más felices.
Y allá por el sur de Europa, construyeron dos edificios majestuosos, dedicados para entretener a las personas.
El Teatro y el Circo:
El Teatro era esbelto, acogedor, el más pequeño de los dos, y también el más listo, él decidió que se dedicaría a entretener con la cultura, con obras de teatro o espectáculos musicales, por ejemplo.
El Circo era grandioso, voluptuoso, algo más rudo, más basto, pero el más fuerte, él se encargaría de albergar a las bestias, como los leones o las luchas entre gladiadores.
Entre los dos hacían un buen equipo, tenían cubiertas todas las necesidades lúdicas que necesitaban los hombres de aquella época.
Sin embargo, en un imperio dónde lo más importante era conquistar países, ir a la guerra, los temas que más abarcaban las personas, eran los que se abordaban en el Circo romano, que empezó a tener mucho más éxito, fama, riquezas.
Tanto poder, acabó por corromper el espíritu de cooperación de ambos edificios.
El Teatro pasó a un segundo plano, eclipsado por el Circo, que se volvió arrogante y despiadado, tal y como reflejaban sus espectáculos.
Sin embargo, con el paso de los tiempos, todo eso cambió.
Toda esa majestuosidad que tenían ambos edificios, se fue degradando poco a poco, cuando los romanos perdieron su imperio.
La gente se volvió más triste y ya no tenían ganas de divertirse.
Ya nadie se acordaba de para qué servían esos edificios, y los dejaron abandonados.
El tiempo, el clima, incluso la mano devastadora del hombre, se encargaron de convertirlos en unas ruinas antiguas.
Hacía años que el Teatro y el Circo, ya no se hablaban entre ellos.
El Circo cada vez más deprimido, recordando lo que fue, y en lo que se había convertido ahora, se desgastaba a pasos agigantados, no quería hablar con el Teatro, no quería mirar a su alrededor, no quería enfrentarse a la realidad.
El Teatro, no podía ver así a su amigo, e ideó un plan para poder resurgir de la oscuridad en la que habían caído durante tantos años, salir de ese olvido latente en el que se habían visto obligados a vivir, por culpa de los seres humanos.
E intentó hablar con el cabezota del Circo, para que le ayudase con su gran plan, pero sin éxito alguno.
El gran y orgulloso Circo, ahora convertido en un edificio ruinoso más, cómo cualquier otra ruina antigua que hayáis visitado, creía no necesitar la ayuda de un pequeño teatro para resurgir, pues él siempre había sido el preferido de los dos, y no podía imaginar ninguna otra opción posible, por lo que retó a su pequeño amigo a ver quién de los dos, conseguía captar antes la atención de los seres, que antes abarrotaron sus gradas.
Ambos se reformaron lo más que pudieron, sin terminar de ser lo que fueron, y siguiendo aparentar unas ruinas, sí, pero unas ruinas con clase, se colocaron focos de colores, para que las personas pudiesen observarlos desde la oscuridad nocturna, se publicitaron a lo largo de España, de Europa y del mundo entero, y ofertaron espectáculos como antiguamente se desarrollaban en sus escenarios.
Sin embargo, el Circo no contó con que su aspecto ya no era tan grande, ni tan fuerte, ni podía albergar a las bestias de antaño. Además los tiempos que corren, no son cómo los de antes, los gustos han cambiado, las personas preferían los espectáculos que ofrecía su pequeño rival, que llenaba su aforo al máximo, tanto de día como de noche.
Esta vez, fue el Circo, el que quedó eclipsado por el Teatro. Pero esta vez fue diferente, pues este pequeño edifico no permitió, que su gran amigo cayese en el olvido, ambos monumentos son un gran equipo, y no puedes ir a ver uno sólo, si no ves al contiguo.
Da igual el espectáculo que elijas, o las actividades que ofrezcan, el beneficio es para nosotros, que somos los afortunados de poder disfrutarlo.
Tú, ciudadano del mundo, Si visitas Europa, el sur de Europa, por donde se oculta el sol en España, esa comunidad Extremeña, famosa por su jamón de bellota, en la provincia de Badajoz, no puedes evitar esa parada obligatoria, que te muestra la espectacularidad del:
Teatro y Circo Romanos de Mérida.
FIN
Este relato está dedicado a una alumna muy especial, Irene, una campeona que podrá llegar tan lejos como se lo proponga. Espero que un día tus sueños se hagan realidad.
Y.L.L.
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