Z15 1:30 am. El armamento.
Creo que esta sería, la peor misión de todas las que viví, cada vez que un grupo intentaba entrar en la capilla, había algún Zombie más y algún superviviente menos, yo pasé gran parte del tiempo sola, abrigada con mi mantel, de vez en cuando me unía a un grupito, pero en cuanto aparecía un Z, ea! dispersión del grupo y otra vez sola, llevaba dos horas de acá para allá, corriendo, escondiendome, huyendo de nuevo, con unos, viendo cómo fracasaba cada intento de acercarnos a esas dichosas armas que yo ni si quiera sabía controlarlas, con otros, viendo como corrían más que yo, al final, siempre los mismos, hubo un grupo, el que estaba protegiendo a Elisabeth, que no les vi en ningún momento, así que supongo que supieron esconderse incluso mejor que yo.
En una de esas veces que me encontraba sola, vi al chico de la tubería y a Ruben, que estaban hablando en el campo de fútbol, yo estaba arriba, escondida, junto a los muros de la capilla esperando a algún otro grupo que intentará acercarse para conseguir las armas y poder unirme a ellos, pero al verlos, bajé a buscarlos y preguntarles, para ponerme al día, por si sabían algo más que yo no supiera... ¡¡¡Gran ERROR!!! Nuestras voces atrajo a un grupo de zombies que nos emboscaron por ambos lados del campo de fútbol, el chico de la tubería consiguió escapar, subiendo la ladera, pero Rubén y yo, los dos lesionados del grupo, no teníamos escapatoria, vi que a él le cogieron por un lado, yo intenté ir por el otro, pero... vi al teniente Artillero, al Zombie del teniente, viniendo en plan placaje hacía mí, así que sucumbí, me quedé quieta viendo como me capturaron e hice mi papel de comida para zombies, le di al teniente mi brazalete verde de superviviente, y me dirigí junto con Rubén, en busca del doctorcito, para que nos administrara la vacuna. Cuando llegamos, nos dijo, que estaba preparando viales, que hasta dentro de media hora, no tendría ninguno, tardamos 15 minutos en encontrarlo, más 30 minutos de espera, hacía un total de 45 minutos. Yo estaba dentro de tiempo, porque era mi primera dosis, y tenía una hora hasta mi transformación, pero ya era la segunda de Ruben, y sólo tenía media hora para salvarse, por lo que no llegaba a tiempo y le pasaron directamente a la sala de maquillaje, para su transformación zombie. Mientras esperaba mi dosis, aparecieron dos chicas más, a las que ya habían pillado otras dos veces y por lo tanto, sólo tenían quince minutos para administrarse el vial, aunque supuestamente en diez minutos salía el doctorcito con las nuevas dosis, y seguimos esperando, entonces apareció mi amigo de la tubería, que le habían pillado al final. El doctor Bremen abrió la puerta y salió con dos dosis, y nosotros éramos cuatro, a mí me correspondía una, por llevar más tiempo esperando, y la otra a una de las chicas, pero ellas al ir juntas, decidieron ceder su dosis, y pasaron directamente a la sala de transformación a Zombie.
Así qué ahí estábamos de nuevo, mi amigo con la tubería y yo con el mantel protector. Salimos de allí, los dos solos, sabíamos que otro grupo de supervivientes andaban al otro lado del complejo, por la luz de sus linternas, y todavía quedaba el grupo de Lis, que no sabíamos por donde pululaban. Pero creo que no quedaba nadie más como superviviente, 12 como mucho. Pasaban las horas y yo veía que no íbamos a conseguir las armas nunca, el número de zombies era superior y era imposible si quiera acercarse a los alrededores de la capilla, y menos siendo solamente dos, bueno uno y medio, que yo seguía lesionada. Entonces un Z nos descubrió, mi amigo me dijo que huyera mientras él le distraía, yo corrí a esconderme en un lugar seguro, y... otra vez yo sola me encontré, en fin, otra hora más hasta que conseguí llegar de nuevo a la capilla, para ver si alguien tenía el valor de acercarse a cumplir la misión, y justo cuando llegué, escuché a unos a lo lejos que gritaban, tenemos las armas, yo alumbré con mi linterna para que supieran que estaba viva y se acercaran a por mí, pero no me veían, así que me tocó bajar de nuevo la cuesta de la capilla hacia el Campo de fútbol, atravesarlo y dirigirme a la cabaña de madera, donde se encontraban, allí me contaron cómo las consiguieron, por lo visto, mientras 3 atrajeron a los zombies de dentro de la capilla al exterior de la misma, otro se coló y cogió la bolsa que contenía las armas y salió a velocidad super-sónica. Teníamos las armas, pero la munición la tenía nuestro sargento, por lo que fuimos en su busca, cuando de repente apareció el grupo de Eli de no sé dónde, todos los supervivientes al fin juntos de nuevo, caminamos con firmeza y más seguros. Entonces apareció nuestro sargento con Sheila, vestida con una capa negra con capucha, a la que había matado por ser la líder de la Logia del crepúsculo de plata. Buff, yo esa parte me la perdí, aunque más adelante, averigüé de que iba toda esa trama paralela.
En fin, nuestro sargento dijo que él estaba preparando un lugar seguro donde poder llevarnos, pero que hasta las 6 de la mañana no estaría listo, hasta entonces tendríamos que seguir sobreviviendo lo que quedaba de noche, nos advirtió, que estando juntos no lo conseguiríamos, que hiciésemos grupos con los 4 que tenían armas, y que tuviésemos cuidado con la Logia del crepúsculo de plata, que Sheila había conseguido infiltrar un miembro entre los nuestros, y cuando menos lo esperasemos nos traicionaría. Yo tenía clarísimo que Lis seguía ocultando algo, y pensé que ella sería la traidora, y no quería estar cerca de ella, ¡qué equivocada estaba! El alejarme de ella más adelante hizo que lo pagara caro. El caso es que una horda de zombies se dirigía a por nosotros a toda velocidad, y... otra vez el caos, todos desperdigados corriendo sin rumbo, pero esta vez decidí seguir a los que sabían esconderse, pues con lo que me dolía la pierna, ya estaba harta de correr para un lado y para el otro, con tan mala suerte, que quedamos separados de tal forma, que en nuestro grupo nadie tenía un arma, y todos los que las llevaban iban juntos por otro lado, así que hicimos lo que mejor se mos da, escondernos hasta las 6 de la mañana, permanecimos ocultos entre los arbustos en un rinconcito, estendimos el mantel, que yo seguía llevando, y ahí nos tumbamos todos en la oscuridad esperando que pasara algo, muertos de sueño, con frío, mientras que a mí personalmente, me devoraron los insectos del campo.
Por fin acercándose la hora que nos indicó nuestro sargento, escuchamos disparos y parecía haber movimiento, así que decidimos ir al meollo de todo el asunto, para ver si nos enterábamos de algo. Según nos acercábamos escondiéndonos entre las casas del complejo, vimos a Hector, él solito, también escondido detrás de otra casa, me acerqué a él, para decirle que viniera con nosotros, cuando... Sacó una pistola y me disparó, ¡será....! No me lo podía creer, toda la noche escapando de los zombies y va y me mata un superviviente, ¡menudo asco! En fin, por lo menos el resto del grupo pudo escapar y ya sabían que Héctor era el traidor de la Logia del crepúsculo de plata. Yo le pregunté pero ¿cómo?, desde ¿cuándo?, él me contó que hubo un momento de la noche en que vio a Sheila subida a un muro dirigiendo a todos los zombies para un lado y para el otro, entonces se acercó a ella y le dijo que quería pertenecer a la Logia, ella le entregó el arma y le dijo que tenía que disparar a todo ser humano vivo que encontrara por el camino. Lo que Héctor no sabía es que le hizo la misma propuesta a otra chica del grupo, y la dijo, que sólo uno, podría entrar en la Logia, siempre y cuando consiguiera salir del recinto con vida, tras haber matado a todos los humanos, ya que, a un componente de la Logia, por ser inmune a los zombies, sólo le podía matar otro ser humano. Y esta chica, más adelante encontró a Hector y lo mató.
No hay comentarios:
Publicar un comentario