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lunes, 10 de noviembre de 2014

Z07. 10 am. Entrenamientos con armas de air soft


  Z07. 10 am. Entrenamientos con armas de air soft



Tras desayunar, nos llevan al campo de fútbol, allí nos enseñan a usar las pistolas y las escopetas, nos hicieron pruebas, para ver quienes eran los mejor cualificados para usar armas, y aunque vi cómo disfrutaba la mayoría, yo, personalmente, me aburrí bastante tras descubrir, que soy totalmente negada para las armas, no tenía fuerza, ni para cargar la escopeta, y el Teniente Artillero, me dijo que tenía manos eróticas, porque cada vez que tocaba un arma la jodía, así que me resigné a no tocar un arma en lo que quedaba de juego, ya que escaseaban y no había para todos los jugadores.
Canales de televisión, se acercaban a nuestras instalaciones para mostrar lo que allí nos acontecía. 
El señor Director, junto con el doctor Bremen, querían aclararnos que tenían el altercado de la noche anterior, bajo control, el doctor nos explicó una clase de primeros auxilios en caso de ataque zombie.
Lo primero, si ves un zombie, salir corriendo y que no te encuentren, porque en ese caso, estás perdido.
Lo segundo, si tienes armas, dispar hasta que el Zombie caiga abatido completamente.
Tercero, si te pilla un zombie, date prisa en encontrar al doctorcito para que te administre la cura o estás muerto, ... Estooooo... más bien, no muerto.
Y por último, bueno que no te pille ningún Zombie y punto.
Una vez aclarado, que ningún método de primeros auxilios, podría evitar que nos transformásemos en Zombies, tras la infección, procedieron a traer a uno de los soldados infectados, y soltarlo en mitad del campo de fútbol, para que los compañeros que estaban en posesión de armas, se limitasen a cargarselo, mientras los eróticos de las armas, nos situamos apelotonados en una de las porterías del campo.
El caso es, que los supuestos mega soldados, que habían formado durante dos horas, no acertaban al zombie desbocado, que venía directamente a por nosotros que no estábamos armados, los militares nos decían que no podíamos abandonar la portería, que estaba todo bajo control, yo atrapada entre las redes vislumbré un agujero en la red, por el que poder salir en caso de necesidad, ya que la amenaza Zombie era inminente.
Los soldados, tras ver que los supervivientes armados no eran capaces de reducir al zombie y debido a su proximidad, emperazon a dispararlo, las balas le daban, pero no eran capaz de derrumbarlo, así que nos ordenaron abandonar la portería inmediatamente y salir corriendo, yo no me lo pensé dos veces, quizás no era capaz de correr una maratón, pero un Sprint, seguro que era capaz de hacerlo, el truco está en correr más que otro compañero y no mirar atrás, el problema de la dirección que cogimos para correr, es que terminaba en una cuesta de una elevada ladera que había que escalar, si querías salir de ahí, por lo cuál, todos paramos de golpe y nos giramos para ver qué había ocurrido, y sin darnos cuenta y sin saber cómo pasó, los militares habían reducido al zombie y le habían puesto una correa de atrapar perros peligrosos, alrededor del cuello, el señor Director ordenó al doctor Bremen, que se llevara al sujeto infectado a su laboratorio, el doctorcito sujetó la vara de la correa con manos temblorosas y le preguntó al señor Director, que si le parecía buena idea que se fuera él solito con el Z hacia el laboratorio, al ver que el Zombie casi se lo merienda según lo transportaba, indicó a uno de los soldados, que lo acompañara por su seguridad.
Captura de soldado Zombie

Una vez fuera de peligro, el señor Director nos comunicó lo que ya sabíamos todos, que los zombies eran cada vez más listos y más peligrosos, y básicamente indestructibles.
Jamás imaginé que incluso a plena luz del día, con militares protegiendonos, iba a pasar tanto miedo e iba a soltar tanta adrenalina, y aún quedaba mucho día por delante, no me quería imaginar, lo que podría ocurrir al llegar la noche.
Según una de las tesis el doctor Bremen, todos estábamos ya infectados, se demostró que el virus, se propagaba por esporas a través del aire, y lo único que hacía falta era morir para ser uno de ellos, un no muerto, un Z, ni si quiera era necesario que nos tocara uno de ellos, eso lo único que hacía era acelerar el proceso de mutación genética y adelantar la transformación zombie, por eso era tan importante ponerse la vacuna lo antes posible.
J que parecía haber olvidado la paliza recibida recientemente, decidió enfrentarse de nuevo al señor Director, el cuál respondió disparándolo, delante de todos nosotros.
Tuvimos que sujetar a Bea, para que no acabase igual que J.
Entonces comprobamos con nuestros propios ojos el inicio de su transformación, el doctor tenía razón, no hacía falta entrar en contacto con ellos, para transformarse en Zombie, una muerte natural, o no tan natural en este caso, pero en definitiva, una muerte humana, iniciaba igualmente el procedimiento de la transformación. En ese mismo instante, le administraron el antídoto, y J volvió a su estado de humano.


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